1º. Estudia, sin olvidar cobrar porque los libros y los estudios son muy caros, los cursos, talleres y seminarios, diplomados y maestrías que cuestan un riñón, porque tú sabes que no son gratis, son súper caras.
2º. Piensa, la única manera de aliviar el estrés del trabajo y evitar las preocupaciones cotidianas es cobrando bien.
3º. Trabaja, no seas tonto o tonta antes de ponerte la toga y el birrete debes cobrar.
4º. Lucha. Luchas para que el Cliente te pague antes de dar el primer paso.
5º. Sé leal. Sé leal con Dios, con contigo mismo, con tu familia y esa es la razón más grande para cobrarle bien al cliente, así tendrá un ambiente mental extraordinario lleno de paz, frente al adversario y sobre todo frente al juez.
6º. Tolera, tolera que otros abogados no quieran cobrar consultas y honorarios profesionales por adelantado, y quítate de la mente cobrar cuando concluya el caso. ¿Y sí se muere el cliente, y sí se muere el deudor, o no tiene nada? Reflexiona!
7º.
Ten paciencia, evita trabajar
sin cobrar, Dios sabe lo importante de tu trabajo, de tu profesión para mantenerte
tú y tu familia, así nunca más estará intranquilo.
8º. Ten fe, a pesar de tantas teorías, demandas y exigencias a los abogados y abogadas de todo tipo, preparación académica, buena presencia, el buen hablar etc., que nunca se te olvide cobrar, si cobras bien, cumplirá con los mandamientos de Dios.
9º.
Olvida, si te olvidas de cobrar consultas y recibir una
parte de tus honorarios profesionales por adelantado, tu vida se llenará de
estrés, al punto que tendrá vergüenza frente a ti mismo, frente a Dios y a tu
familia.
10º.
Ama tu profesión,
por favor si tu hijo considera estudiar derecho, no olvides de decirle que lo
primero es cobrar para suplirse así mismo, cumplir con Dios, su familia y la
sociedad.
Por David Richardson Santana