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domingo, 27 de marzo de 2011

EL SECUESTRO


En sentido general, el secuestro consiste en detener y ocultar a una persona con la finalidad de pedir a su empresa y/o sus familiares un rescate a cambio de su libertad.

Las principales vícti­mas de este crimen son personas de reconocida solvencia económica (empresarios, industriales, políticos, comerciantes, ganaderos, artistas, etc.) y los familiares de éstos.

La forma común de operar éstos delincuentes consiste en ubicar a su víc­tima, la siguen, la vigilan en sus actividades cotidianas y cuando más vulnerable se encuentre, la privan de su libertad, se comunican con algún familiar y piden un rescate a cambio de dejar en libertad a la persona.

Usualmente un secuestro tradicional es bien planifica­do. Los delincuentes desarrollan su labor de inteligencia, organización, logística, etc.; casi siempre saben a lo que van y lo que quieren.

Cuando se es víctima de un secuestro, procure mane­jarse inteligente y pacientemente, controle sus emociones y no olvide que el secuestrador no quiere mayores com­plicaciones; él sólo busca, casi siempre, obtener dinero en efectivo en forma rápida y segura.

Frente a una negociación con los secuestradores, pro­cure tener respuestas claras, nunca se debe decir no. Recuerde que los secuestradores, casi siempre, conocen a su víctima y también saben qué suma pedir.

Mantenga un bajo perfil, no sea ostentoso, ni dé a conocer sus éxitos financieros.

Procure negociar con elementos ciertos, no con false­dades o simples promesas. Tenga siempre presente que el tiempo está a su favor y que el delincuente necesita una negociación rápida.

No olvide que en la negociación se plantea un juego de poder. En consecuencia, las horas que dura un secues­tro son de tensión, miedo, nervios v angustia. Es por ello que la persona que negocie debe ser un eficiente técnico entrenado.

Vea la Ley que castiga el secuestro: Pulse Aquí

Fuente: Manual de Protección Ciudadana, Lic. Ramón Alcides Rodríguez Veras, Pags. 56 y 57